Islam, mujeres y homosexuales, la disyuntiva de instituto para imanes en UE

Charles Michel, del Consejo Europeo, propone crear un instituto para formar imanes para mezquitas europeas. El fracaso de un intento similar en Países Bajos muestra las dificultades de unificar criterios en una religión sin institución central, y en la que mujeres y homosexuales candidatos a imanes aún tratan de hacerse un hueco.

Esta iniciativa puede encontrarse entre la espada y la pared: un rechazo a incluir mujeres y homosexuales en un instituto financiado con dinero europeo sería incompatible con la legalidad, pero su inclusión podría provocar que los imanes formados en esa institución no sean reconocidos por la comunidad musulmana, abocando la idea al fracaso.

Como cualquier hombre aceptado por un grupo que le da la legitimidad de dirigir sus rezos e interpretar la religión, puede ser imán, sin necesidad de estudios previos, el requisito básico para un instituto europeo es ‘tener a bordo a la comunidad musulmana’, dice a Efe Said Bouharrou, vicepresidente del Consejo de Mezquitas Marroquíes en Países Bajos.

‘La Unión Europea (UE) puede coordinar y urgir porque los retos son grandes, pero debe ser iniciativa de los musulmanes y no hacerse solo por la presión de los ataques terroristas en Francia’, añade.

La idea es ‘buena y viable’, cree, pero debe tener un objetivo claro: ‘Que los musulmanes tengamos imanes formados sometidos a las leyes constitucionales para que den a nuestros hijos una buena guía sobre qué es el islam. Si no son reconocidos por la gente, no servirá de nada’, alerta.

Para atajar el problema de la radicalización y detener el discurso del odio y la influencia extranjera de imanes enviados desde Marruecos, Turquía y el Golfo Pérsico, Países Bajos trató de frenar los grandes flujos de dinero -con los que los fondos europeos tendrían dificultades de competir- y empezó a formar imanes para sus 500 mezquitas junto a la Universidad de Ámsterdam en 2013. Ambos planes han fallado.

Además de justificarse en la libertad de culto, las organizaciones islámicas en Países Bajos, -al igual que en Francia, Alemania o Austria- encuentran vías legales para seguir recibiendo inyecciones de dinero extranjero para seguir difundiendo el discurso ultraconservador y el islamismo político en mezquitas y escuelas islámicas europeas.

Y como la comunidad musulmana neerlandesa no fue partícipe del proceso de formación de imanes, no había confianza hacia esos líderes religiosos ‘subvencionados por el gobierno’ secular de La Haya, que tampoco tenían la legitimidad que sí dan a líderes religiosos formados en centros islámicos de prestigio como Al Azhar de Egipto.

Durante los últimos años, mujeres y homosexuales se han convertido en imanes de sus propias mezquitas, en busca de la ‘inclusión’ de seguidores de Mahoma de cualquiera sexo y orientación sexual, pero fueron objeto de críticas de reconocidos líderes religiosos, lo que plantea dudas sobre cómo encajaría estas cuestiones una futura institución europea.

El imán gay Ludovic Mohamed Zahed fundó en París en 2012 la primera mezquita LGTBI. ‘Los imanes se forman ahora en países con un derecho civil que no coincide con el europeo, no creen en la igualdad de mujeres y hombres, o consideran que los homosexuales deben ser encarcelados y asesinados’, subraya a Efe.

Una iniciativa como la propuesta por Michel ‘puede ayudar a poner fin a muchos problemas, pero debe ser democrática y frenar la influencia económica y política de terceros países’.

‘Hemos visto lo que pasa con eso: más extremismo, más religión de Arabia Saudí e islam político de Turquía. Eso tiene que acabar y la vía puede ser esa institución europea que forme imanes progresistas’, aplaude.

Ludovic Mohamed puso en marcha CALEM, un instituto francés que forma imanes, profesores y estudiantes en ‘los valores inclusivos y progresistas del islam’.

‘Pero tenemos fondos muy limitados y llegamos a donde llegamos’, lamenta, mientras recuerda que no faltan organismos islámicos en Europa, ‘pero no están conectados con los ciudadanos musulmanes’.

La sirio-finlandesa Sherin Khankan es de las primeras mujeres al frente de una mezquita, en Dinamarca. ‘Debemos formar una nueva generación de musulmanes en Europa y abordar el concepto de líder religioso. Un instituto europeo sería buena idea’, cree está religiosa, que no usa el hiyab, rechaza la poligamia e interpreta el Corán ‘en base a nuestros tiempos’.

En su mezquita, suman tres imanes a las que la comunidad no veía con buenos ojos al principio, por su sexo y por las ideas que proponían. ‘Cuando se reta el patriarcado, la gente necesita tiempo para adaptarse y creo que hemos ganado legitimidad en los últimos cuatro años’, asegura a Efe.

Khankan ha celebrado más de 60 bodas musulmanas, también entre parejas mixtas (algo prohibido en los países musulmanes), y más de 35 divorcios islámicos a iniciativa de las propias mujeres, clave contra la violencia machistas.

Bouharrou insta a ‘ir poco a poco, primero las grandes líneas y después los puntos difíciles’, pero Khankan cree que el ‘islam europeo’ definido por el Centro de Teología Islámica de Münster (Alemania) ‘ahorraría’ debates para unificar criterios en una religión sin sacerdocio centralizado, con múltiples movimientos islámicos donde abundan las ‘fetuas’ (dictámenes religiosos basados en opiniones individuales).

‘Puedes poner todas las reglas que quieras, pero si nadie las reconoce, son insignificantes. Sería un gran reto y un logro entrenar imanes capaces de hablar, debatir e involucrarse en público en asuntos como la homosexualidad y la igualdad’, concluye Bouharrou. EFE

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