Los nuevos señores del cielo
La mañana del domingo 27 de septiembre, Armen hacía yoga junto al estadio de Stepanakert cuando vio unos extraños objetos sobrevolar la capital de facto de Nagorno Karabaj. “Eran muy grandes y nuestras defensas comenzaron a disparar. Me volví a mi gurú y le dije: ‘Esto es la guerra’. Él no me creía”. Efectivamente, fue el inicio de la mayor confrontación militar entre armenios y azeríes por esta región separatista en las últimas tres décadas. Armen —que ha pedido cambiar su nombre— no pudo identificar si aquellos aparatos eran Harop, de fabricación israelí y conocidos como drones kamikaze, o Bayraktar TB2 o Anka-S, ambos de fabricación turca. En las seis semanas de conflicto en esta zona montañosa, Azerbaiyán ha utilizado con profusión estos drones y esa ha sido una de las razones de la victoria azerbaiyana en un conflicto que, hasta ahora, se libraba en trincheras y con disparos de artillería. Más de cien tanques armenios (un quinto del inventario de sus Fuerzas Armadas), unas doscientas piezas de artillería y al menos 26 sistemas de defensa antiaérea han sido destruidos por estos nuevos dueños del cielo.