El 1ro de abril las barras negra-roja-oro de la enseña alemana ondeaban resueltas en el buque germano Glucksburg al arribar a Santo Domingo desde EEUU con mercancía consignada a casas importadoras locales. El sobordo indicaba Harina de trigo, 100 sacos; Madera de pino, 3394 atados; Manteca pura, 80 cajas; Muebles de madera, 100 huacales.

Esta embarcación se juntó en puerto con el vapor americano Coamo, que traía de Nueva York abundante carga. Leche esmaltada, 7 cajas; Cigarrillos, 5 cajas; Salchichón, 9 cajas; Cocomalt, 31 cajas; Leche condensada, 40 cajas; Chocolate, 8 cajas; Bacalao, 100 barriles; Jamón, 3 barriles; Arenques, 175 atados; Macarelas, 10 barriles; Cebollas, 235 cajas; Sacos de yute, 27 fardos; Dulce, 37 cajas; Macarrones, 20 cajas; Quesos, 10 cajas; Papas, 20 barriles; Frutas frescas, 34 cajas; Frijoles, 15 sacos; Canela, 10 fardos. Todo un supermercado.

Conviene observar que bajo la etiqueta “leche esmaltada” figuraban jarras, ollas, sartenes, envases con asa y otros útiles de cocina, de color blanco con baño esmaltado. Cocomalt era una popular bebida achocolatada enriquecida, enlatada en polvo por R.B. Davis Co. de Hoboken, New Jersey, entre los años 20 y 70.

Corriendo el 1ro de abril el mercante inglés Sea Glory, que iniciara travesía en Londres, descargaba de sus bodegas un festivo stock de notorio contenido etílico: Cerveza, 550 cajas; Ginebra, 150 cajas; Whisky, 50 cajas; Salchichón, 12 cajas; Jamón, 12 cajas; Jamón, 4 barriles; Pickles, 24 cajas. Ingredientes para animar la bebentina y avituallar los pasapalos complementarios. Consuelo de golosos.

Al marcar el calendario el 12 de abril, nos visitó el buque danés Frederiksborg, con carga desde EEUU: Muebles de madera, 43 cajas; Macarrones, 1340 cajas; Harina de trigo, 200 sacos; Manteca pura, 25 cajas; Tejidos de algodón, 15 cajas; Tubos de hierro, 159 bultos; Pez rubia, 80 barriles.

Este último renglón –hoy perrubia- es un residuo ambarino derivado de la destilación de la resina de los pinos al extraer la trementina, comercializado en ferreterías. Empleado para encolado de madera, encuadernación de libros, soldadura de estaño en electrónica y elaboración de jabones y esmaltes. En el beisbol, pulverizado, los lanzadores lo usan para mejorar el dominio de la bola.

Al siguiente día, atracó el vapor americano Margaret Lykes trayendo de EEUU: Muebles de madera, 80 cajas; Salmón en latas, 115 cajas; Macarrones, 66 cajas. Compartiendo jornada portuaria con el inglés Rimula procedente de Curazao, que nos abasteció de suministros vitales en la era de los hidrocarburos: Gasolina, 1895 tambores; Lubricante, 100 tambores. También el 13, tocó puerto el buque español Manuel Arnus con existencia diversa: Extracto de madera, 40 cajas; Vino, 205 cajas; Coñac, 160 cajas; Tejidos de algodón, 7 cajas.

Días más tarde, el vapor inglés Colborne, emitiendo los acostumbrados pitazos, entró a puerto el 19 de abril de 1930 procedente de Halifax, Nueva Escocia, Canadá, trayendo nutritiva carga: Bacalao, 417 barriles; Arenques, 100 atados; Mantequilla, 66 cajas; Harina de trigo, 175 sacos. Todo ello para rellenar barrigas. Más 6 cajas de Whisky para alegrar la vida.

En esa misma jornada, estibadores habituados al duro faenar portuario de los trópicos descargaron el vapor americano Isabela, que arribó desde Nueva York con inventario variopinto: Tejidos de algodón, 5 cajas; Automóviles, 2 cajas; Salchichón, 75 cajas; Pasta de tomates, 90 cajas; Chocolate, 150 cajas; Lubricante, 100 tambores.

Dos días después, el 21, con la bandera americana estrellada desplegada a los vientos, llegó el Geneveve Lykes desde el puerto de Galveston, Texas, que bordea imponente el Golfo de México, con 100 sacos de Harina de trigo. Coincidiendo en el Ozama con el vapor alemán Henry Horn, que desde Hamburgo nos trajo: Artículos de vidrio, 22 cajas; Artículos de loza, 43 huacales; Artículos de hierro, 12 huacales; y Arroz, 350 sacos.

En el mes de marzo, el 18, viajando desde Nueva York desembarcó el buque Coamo –que operó a partir de 1925 en la flota de la New York & Porto Rico Steamship que incluyó el San Lorenzo, Borinquen, y Porto Rico, con ruta regular entre NYC, San Juan y Santo Domingo. Consignando multifacética carga: Zapatos, 10 cajas; Macarrones, 113 cajas; Dulce, 16 cajas; Conservas, 124 cajas; Arenques, 250 atados; Bacalao, 82 barriles; Cebollas, 235 cajas; Macarela, (?) barriles; Manteca pura, 100 cajas; Carne de puerco, 10 barriles.

En igual fecha, atracaba en el Ozama el vapor Juan Sebastián Elcano, procedente de España, trayendo en sus bodegas alicoradas: Coñac, 162 cajas; Anís, 50 cajas; Sardinas, 37 cajas; Alpargatas, 8 cajas; Anís en grano, 35 sacos. Ese día, el noruego Thulin, que venía de Nueva York, nos suplía: Macarrones, 250 cajas; Cajas de madera, 1002 atajos; Manteca pura, 470 cajas; Salchichón, 25 cajas; Harina de trigo, 200 sacos; Muebles de madera, 53 huacales; Madera de pino, 8119 piezas; Salmón, 200 cajas; Tejidos de algodón, 14 cajas; Barricas vacías, 300 piezas; Papel para techar, 100 rollos.

Iniciando travesía en Ámsterdam, el vapor holandés Vesta arribó el 27 de marzo con cargamento diverso: Sacos de yute, 77 fardos; Whisky, 22 cajas; Loza, 69 cajas; Tubos de hierro, 53 atados; Cerveza, 375 cajas; Mantequilla, 51 cajas; Sardinas, 30 cajas; Margarina, 25 cajas; Alambre de púas, 350 rollos; Quesos, 175 cajas; Arroz, 400 sacos; Aceite de soya, 225 cajas; Manteca pura, 100 cajas; Papel para envolver, 100 fardos.

El 31 de marzo, desde EEUU, el danés Peter Maersk depositaba en los almacenes de Aduanas de Santo Domingo: Camión, 1 caja; Vinagre, 75 cajas; Galletitas, 40 cajas; Tejidos de algodón, 5 cajas; Manteca pura, 100 cajas; Tejidos de lino, 4 cajas; Muebles de mimbre, 70 cajas.

Correspondiente al 4 de febrero de 1930, la prensa incluyó en su detalle la llegada del Coamo desde NY, con manifiesto de carga consistente en: Colchonetas, 6 fardos; Fonógrafos, 6 cajas; Cigarrillos, 5 cajas; Cemento blanco, 50 barriles; Material eléctrico, 156 bultos; Mantequilla, 25 cajas; Bacalao, 200 barriles; Cebollas, 203 jaulas; Papas, 115 barriles; Gasolina, 210 tambores.

Con servicio quincenal a y desde Europa, se publicitaba el Fauna, de la Cía. Real Holandesa. La Aluminum Line, desde New Orleans y Mobile a Sto. Domingo, San Pedro y Puerto Plata. El vapor noruego Anders y el holandés Rhea. Los americanos Mariana, Catherine y Hurón. El Travermude. La Cía. Trasatlántica de Barcelona anunciaba para mayo el Marqués de Comillas, con recorrido que incluía San Juan, Canarias, Cádiz y Barcelona. Santa Tecla conectaba New Orleans y Tampa.

Tiempos borrascosos, de múltiples y serias denuncias de atropellos del Ejército y bandas civiles armadas con metralletas que bloqueaban a los candidatos de la Alianza Nacional Progresista, Velázquez y Morales, favoreciendo la fórmula Trujillo-Estrella Ureña. La prensa recogía el rumor de la llegada de un cargamento de armas en el buque Presidente Machado, enviado por el dictador cubano consignado al Brigadier Trujillo. El ministro americano Charles B. Curtis giraba visita al Presidente, sin trascender lo tratado.

Desde Puerto Plata, un corresponsal reportaba. “Gran recepción popular hoy a Pdte. Estrella Ureña y Brigadier Trujillo llegados de Santiago. Oradores hablan pueblo desde balcones Ayuntamiento. Espléndido banquete ofrecido distinguidos huéspedes en Hotel Europa. Regresan hoy.”

En esos días, Benito Paliza nos aromatizaba la existencia al inaugurar por lo grande La Cafetera en Separación 47 (El Conde) e invitar a degustar café puro, refrescos naturales y desayunos. El barítono dominicano Eleuterio Brito triunfaba en Nueva York, aclamado por el público hispano que admiró su arte vocal en el Teatro Apolo de esa urbe. El fakir Horam Raff culminaba una afilada jornada exitosa en la capital y se proponía recorrer el país. El Dr. Calderón suministraba la vacuna contra la viruela y el tratamiento de las hernias: gratis a los pobres y a $100 a los pudientes.

En el Teatro Rialto de Joaquín Ginebra se exhibía La Dama Misteriosa, con la actuación taquillera de la gran diva sueca Greta Garbo.

La Casa Velázquez avisaba la llegada de la demandada Mantequilla Green Meadow, tras larga espera. Y la Panadería Parisien de Quico Caro resaltaba su oferta de calidad superior en panificación moderna y repostería francesa. Las cooperativas o jugar al san estaban a la moda. Una de efectos de aluminio, en su sorteo más reciente, favoreció como agraciada a doña Altagracia García Alardo de Abbes. Madre de Abbes García, el Johnny que se comunica misteriosamente con Raful.

La crónica reportaba que el magnate Amadeo Barletta se movía por Santiago en diligencias de negocios. Se ofrecía banquete en el “aristocrático Hotel Mercedes” al Lic. Estrella Ureña. Daniel Ariza, administrador del FFRR Central, viajaba de Puerto Plata a la ciudad del Yaque. Y allí, el Dr. Manuel Grullón R-O, dirigía el Hospital San Rafael.

Hacia El Havre, como cónsul, José B. Peynado, hijo del Presidente provisional Lic. Jacinto B. Peynado y Mercedes (Cusa) Soler. En el Coamo a Nueva York en ruta a Europa. En La Habana, Pablo Cabral y Báez, nuevo cónsul general, junto a su esposa Isabel Pellerano. De Cuba regresaba tras viaje de salud el Lic. Marcos A. Cabral y Báez, en el Presidente Machado. Máximo Llaverías, “Papa Dios”, desposaba a Ana del Valle Gómez.

En Cádiz, Ramón Emilio Jiménez, delegado a la apertura del Palacio de la Prensa en Madrid, enviaba “fino souvenir” al director del Listín, Pellerano Sardá.

Y yo aquí, adelantándome, decidí cumplir 90.

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