Putin acorrala a los opositores con una ley que permitirá etiquetarlos como “agentes extranjeros”
Con la popularidad del partido del Gobierno, Rusia Unida, bajo mínimos a 10 meses de unas elecciones legislativas cruciales y alertado por las protestas ciudadanas que calientan el Lejano Oriente ruso y parte del espacio postsoviético, el Kremlin no está dispuesto a dejar resquicios para la oposición. Varios proyectos de ley que han iniciado su andadura parlamentaria proponen endurecer las ya rígidas leyes electorales rusas y restringir más el derecho de manifestación. Aludiendo a la prevención de “injerencias exteriores”, buscan ampliar la infame etiqueta de “agente extranjero”, asociada desde el estalinismo a la subversión y el espionaje, a candidatos electorales que reciban cualquier tipo de apoyo de fuera; lo que podría alejarles de la política. Las medidas, suficientemente abstractas para abarcar a un buen número de personas, darían más herramientas a las autoridades para vaciar las listas de candidatos peligrosos y aspirantes independientes.