Soñar bajo un ‘niqab’ en Yemen
“¡El niqab [velo facial integral] nos da igual, lo que queremos es estudiar y vivir!”, suelta entusiasta Rau, pseudónimo que escoge esta joven yemení de 20 años. Mentir se ha convertido en la única forma de supervivencia en la doble vida que lleva esta adolescente, algo patente cuando se desprende del niqab y de los guantes negros. “Trabajo en casa con una mano y mantengo cubierta la otra para que mi padre no vea el esmalte de uñas”, dice mostrando el reverso de las manos. Piel ajada en la mano derecha, con uñas mordidas y ennegrecidas por horas de coladas y fregado son señales de su vida diaria. Largas uñas postizas pintadas con un morado metálico en la mano izquierda, con una piel más tersa e hidratada, espejo de sus sueños. El resto de las cinco jóvenes presentes en la entrevista se desprenden a la vez de sus guantes y, entre carcajadas, enseñan sus llamativas manicuras, siempre en la mano izquierda.