Navidad: ¿se cierra o no se cierra?

Si por el populismo fuera, el Gobierno abandonaría las calles el 24 y el 31 en la noche, para que el dominicano en su desenfreno haga del cuerpo una vaina.

Sodoma y Gomorra sería el referente más cercano, solo que con patrullas motorizadas, y no los ángeles del Señor, huyendo de las multitudes.

El Gobierno todavía no decide y un funcionario del área de salud dijo que el presidente anunciará el 23 de qué irá la cosa.

Lo ideal sería antes para que la población sepa a qué atenerse, si hace planes o los desbarata, pues ambas fechas, además de familiares, son de grandes movimientos.

No hay toque de queda que pueda con ellas.

La situación no es fácil y el Gobierno deberá emplearse más a fondo, pues malo reprimir las fiestas, pero también dejar que los desaprensivos saquen la lengua a la pandemia.

El infierno abriría contento todas sus puertas a fin de acoger como tiendas a los compradores compulsivos de muerte en esas dos corridas de Jueves Negro.

Alemania parecería el modelo, cierra todo desde el 16 hasta el 10 de enero, pero muy drástico para un trópico en que el caliente fluye por todos lados.

Palos como quiera, con remos o sin remos.