Un retiro muy conveniente
Los partidos dominicanos se pasan de amenos y lo mejor de todo: ellos se lo creen y la gente lo consiente. Y como no ahorcan blancos, nadie hace uso de la soga.
Dicen que se retiran de las calles, que posponen sus actividades y que –en todo caso– no serían presenciales, sino virtuales.
Lo suyo sería una concesión ante desbordamiento social, aumento de contagios y mayor saldo de muertes por coronavirus.
Aplausos y reconocimientos y bienvenido sea ese cambio de conducta.
Un triunfo de la contención sobre la imprudencia. Si la población carece de civismo, si no es consciente de los riesgos, los partidos no. Y tampoco sus dirigentes.
Aunque ese repentino confinamiento político resulta sospechoso, es una vuelta rara, una apariencia que engaña.
El barrio acostumbrado a verlos en faena por esta época, replica: “Te conozco bacalao, aunque vengas disfrazado.”
¡Anjá, te curas en salud, te vas a guardar con tu puerco asado en la mano y la telera debajo del brazo! ¡Que el Señor bendiga y santifique tu mesa!
Pero ¿y mi Navidad para cuándo ?
El político en inopia se da a la fuga, sin recordar que la peor enfermedad es la indefensión en diciembre.