La difícil travesía de la democracia en Túnez
Túnez, el único país árabe donde la primavera árabe desembocó en una democracia incipiente, vive uno de sus momentos más difíciles, cuando se cumplen 10 años desde que el vendedor de frutas Mohamed Bouazizi se prendió fuego el 17 de diciembre de 2010 a los 26 años de edad en la localidad de Sidi Bouzid. Aquel suicidio a lo bonzo, después de que varios agentes le requisaran su mercancía, le golpearan y le humillaran, desencadenó una oleada de protestas en varios países árabes. Al cabo de una década, Túnez sigue siendo un frágil oasis de democracia republicana en la región. Pero gran parte de sus 11,5 millones de habitantes sufren el desencanto de una transición asediada por el paro, las protestas sociales y la fragmentación de los partidos políticos.