EE.UU. se asoma a una parálisis del Gobierno por desacuerdos sobre estímulo

La tensión se apoderó este viernes del Congreso de Estados Unidos, donde las negociaciones a contrarreloj para aprobar un nuevo paquete de estímulo de la economía seguían estancadas y amenazaban con resultar en una parálisis parcial de la Administración estadounidense.

La ley que permite financiar la Administración federal caduca un minuto después de la medianoche de este viernes al sábado, y pocas horas antes de esa fecha límite, el Congreso seguía sin planes de aprobar una nueva ley de gasto, y no estaba claro que fuera a aprobar una medida temporal que evitara esa parálisis.

El motivo era el desacuerdo entre demócratas y republicanos sobre el nuevo paquete de estímulo para mitigar el deterioro de la economía estadounidense debido a la pandemia, valorado en casi 900,000 millones de dólares.

Como los fondos de la Administración caducan esta medianoche, el objetivo de los líderes del Congreso era vincular el paquete de estímulo a un nuevo proyecto de ley para financiar el Gobierno, para imprimir así un sentido de urgencia a las negociaciones y lograr un acuerdo.

Sin embargo, para la tarde de este viernes ese plan parecía haber fracasado.

Los demócratas de la Cámara de Representantes planeaban impulsar una medida de gasto temporal para prorrogar dos días más los fondos de la Administración y evitar una parálisis, pero no estaba claro que esa medida pudiera aprobarse antes de la medianoche en el Senado, controlado por los republicanos.

“Si la parálisis de la Administración solo se produce por un periodo corto de tiempo, en un fin de semana, esperamos que no sea algo tan dañino”, indicó este viernes el “número dos” de los republicanos en el Senado, John Thune.

El líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, ya ha asegurado que los senadores no descansarán hasta alcanzar un acuerdo, por lo que, en caso de que expiren los fondos para el Gobierno esta medianoche, es probable que los legisladores pasen el fin de semana negociando sobre el estímulo.

Si la parálisis de la Administración dura solamente el fin de semana, probablemente no tendrá demasiado impacto, pero si se extiende más allá del lunes, podría provocar la suspensión temporal de algunos servicios y del sueldo de cientos de miles de trabajadores federales.

Esa situación no se produce desde principios de 2019, cuando un desacuerdo sobre la financiación del muro con México dejó paralizada una cuarta parte de la Administración durante 35 días, y perjudicó a unos 800,000 trabajadores federales.

El principal escollo en las negociaciones sobre el estímulo es una propuesta de restringir, como parte del paquete, la capacidad prestataria de emergencia de la Reserva Federal, algo que los demócratas temen que pueda constreñir al futuro Gobierno del presidente electo, Joe Biden.

La propuesta, impulsada por el senador republicano Pat Toomey, evitaría que el programa de préstamos de emergencia de la Fed -creado en virtud del primer plan de estímulo por la pandemia- continuara el año que viene, y prohibiría que el banco central iniciara un programa similar.

Otro desacuerdo tiene que ver con la exigencia del senador republicano Josh Hawley de ver claramente reflejada en el proyecto de ley una garantía de que habrá transferencias directas de dinero a los ciudadanos, que a su juicio deben ser de 1,200 dólares y no de 600, como está previsto ahora.

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