El aviso que llega desde Santiago es realmente preocupante. Los centros de salud, tanto privados como públicos, destinan un determinado número de camas a pacientes con COVID-19. Es la manera de tener aislados a estos pacientes en áreas en las que se observan con más cuidado si cabe los protocolos de seguridad con personal sanitario especialmente entrenado y protegido.

Que Santiago avise de que el total de camas dedicadas a pacientes con C-19 está ocupado es una llamada dramática a la precaución y a la sensatez.

Eso, el colapso o la saturación del sistema de salud, es la línea roja que los gobiernos de todos los países tratan de evitar. Asumamos que la responsabilidad personal, la decisión sobre qué hacer y qué no hacer, adónde ir o adónde no ir, es una de las libertades personales que no debemos hipotecar. No hay que protegerse porque el Gobierno vigila o amenaza. Hay que protegerse por el bien de uno mismo y el de los demás.

Se teme, aquí y en todo el mundo, que las festividades navideñas sean el foco de una tercera ola de contagios.

La ocupación hospitalaria es un aviso imposible de ignorar.

About Author

WP2Social Auto Publish Powered By : XYZScripts.com
WP Radio
WP Radio
OFFLINE LIVE