Irlanda del Norte suspende controles fronterizos post-Brexit al aparecer amenazas de violencia

El Gobierno autónomo norirlandés ha actuado con rapidez. Ante la aparición de una serie de pintadas callejeras amenazantes en las cercanías de los puertos de Belfast y Larne, las actividades de control fronterizo entre Irlanda del Norte y Gran Bretaña que establecía el Acuerdo de Retirada de la UE han quedado suspendidas. “All Border Post Staff are Targets” (Todos los empleados de los puestos fronterizos son objetivos), se podía leer en un muro de piedra cercano a las instalaciones portuarias.

Las formaciones políticas pro-británicas de Irlanda del Norte, especialmente el DUP (actualmente al frente del Gobierno autónomo) han sido muy críticas ante la nueva realidad pos-Brexit. Con el propósito de evitar la imposición de una nueva frontera entre las dos Irlandas, Londres y Bruselas acordaron que el territorio británico permaneciera dentro del espacio aduanero y el mercado interior comunitario. La nueva frontera virtual sería el mar de Irlanda, y los controles aduaneros o fitosanitarios tendrían lugar entre la porción británica de la isla y Gran Bretaña (así se denomina al Reino Unido cuando no se incluye a Irlanda del Norte).

Los unionistas norirlandeses se sintieron traicionados. La polémica maniobra de la Comisión Europea, la pasada semana, de activar un mecanismo de seguridad contemplado en el Protocolo de Irlanda del Norte para levantar controles a la exportación de vacunas desde la República de Irlanda (territorio UE) a Irlanda del Norte, ha provocado reacciones airadas. Bruselas se echó atrás de inmediato y reconoció el error, pero provocó lo que durante años se había intentado evitar: agitar las aguas en una región que sufrió décadas de enfrentamientos y violencia.

“Después de consultarlo con mi equipo, he decidido retirar al personal de los puertos de Belfast y Larne. Su seguridad sigue siendo objetivo prioritario. He hablado con los ministros del Reino Unido para señalarles nuestras preocupaciones”, escribía a última hora de este lunes en su cuenta de Twitter Edwin Poots, el consejero autónomo de Agricultura y diputado de la DUP.

En Belfast y Larne se encuentran puestos de control para realizar las nuevas inspecciones ganaderas y fitosanitarias que impone el Brexit. Un total de 12 empleados del Gobierno norirlandés han sido retirados provisionalmente después de que aparecieran las amenazas. La Comisión Europea ha tomado la misma decisión con su personal en esas instalaciones. “Les hemos pedido que no acudan hoy al trabajo y seguiremos observando la situación y adaptarnos a su desarrollo”, ha dicho el portavoz de la Comisión, Eric Mamer.

El alcalde del condado de Antrim, al que pertenece Larne, Peter Johnston (también miembro del DUP) ha respaldado la decisión de retirar a los empleados, “ante lo que describiría como unas pintadas muy inquietantes y un relevante aumento de la tensión de las comunidades provocada por el Protocolo de Irlanda del Norte”.

El Sinn Féin, la formación republicana partidaria de la reunificación de la isla, también ha mostrado su apoyo a la suspensión de los controles portuarios.

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