El Gobierno turco incrementa la represión de las protestas universitarias con más de 200 detenciones

El Ejecutivo turco ha incrementado la represión contra las protestas universitarias iniciadas el pasado enero tras la imposición de un antiguo candidato del partido gubernamental AKP, Melih Bulu, como rector de la Universidad del Bósforo de Estambul, fundada en 1863 y la más prestigiosa del país. Durante las protestas del lunes y el martes, la policía se llevó detenidas al menos a 230 personas, la mayoría de ellas estudiantes, según explicó a este diario una fuente de la oposición que pidió anonimato.

51 estudiantes fueron arrestados cuando los agentes de policía penetraron la noche del lunes en el campus sur de la universidad –donde llevaban a cabo una protesta pacífica– y les acusaron de violar el toque de queda vigente desde las 21.00, debido a la covid-19, así como de tratar de “sitiar” el edificio del rectorado. Otras 108 personas fueron detenidas en los alrededores del campus, cuyas entradas habían sido bloqueadas por efectivos antidisturbios y vigilaban francotiradores apostados en los tejados. Se trataba, sobre todo, de alumnos llegados de otros centros para solidarizarse con sus compañeros de la Universidad del Bósforo, puesto que esta protesta ha galvanizado el movimiento estudiantil contra los intentos del Gobierno de Recep Tayyip Erdogan de incrementar el control de las universidades.

Las protestas de profesores y alumnos contra Bulu se han sucedido frente al rectorado de la Universidad del Bósforo prácticamente todos los días desde el 4 de enero, con actos puntuales en otros barrios de Estambul. La semana pasada, dentro de estas protestas, se organizó una exhibición de arte en la que, según explicaron los estudiantes en un vídeo, se admitieron trabajos enviados de forma anónima. Uno de los trabajos expuestos representaba la Kaaba de La Meca -el lugar más sagrado del mundo musulmán- sustituida por una figura de la tradición anatolia y rodeada de banderas arcoíris. Este hecho fue rápidamente aprovechado por el Gobierno para desacreditar la protesta universitaria, que los dirigentes turcos atribuyen no a estudiantes del Bósforo sino a “grupos marginales”, “anarquistas” y “provocadores”.

El incidente, de repente, se convirtió en noticia de apertura para los medios de comunicación progubernamentales –es decir, casi todos en la Turquía actual– y varias organizaciones de estudiantes islamistas llevaron a cabo sus propias manifestaciones, forzando a la oposición a tomar partido en el debate sobre el cuadro.

El ministro de interior, el ultranacionalista Süleyman Soylu, anunció el pasado sábado la detención de “cuatro pervertidos LGBT” en conexión con el incidente y la Fiscalía informó de la apertura de una investigación por “insultar a los valores religiosos de una parte de la población”. El rector de la Universidad del Bósforo, además, ha notificado que se ha clausurado el club de estudiantes LGTBI que había organizado la exhibición después de que, en un registro a la habitación que utilizaba en la universidad, se descubriese “publicaciones ilegales” y “propaganda de organización terrorista”.

Los estudiantes del Bósforo, en su vídeo publicado en las redes sociales, explican que a estos cuatro compañeros se les detuvo bajo el artículo 216-1 del Código Penal turco, que permite el arresto ante “un peligro claro e inmediato para la seguridad pública”. En dicho vídeo, los alumnos del Bósforo admiten que la obra expuesta “puede herir la sensibilidad” de parte de la población y que “todo trabajo artístico está sujeto a la crítica”, pero subrayan que la investigación sobre ella es un “ataque a la libertad de expresión”. Además, denuncian las persecuciones sufridas por las personas LGBTI en la Universidad del Bósforo.

Si bien la homosexualidad es legal en Turquía desde el siglo XIX y los desfiles del día del orgullo gay comenzaron a celebrarse a inicios de los 2000 (con Erdogan ya en el Gobierno), en los últimos años se han incrementado los discursos de odio y la represión contra este colectivo.

Para protestar contra estas cuatro detenciones se convocó la protesta del lunes, que culminó con la intervención policial. La mañana del martes, la Delegación del Gobierno en Estambul informó en un comunicado de que 98 de los detenidos han sido liberados, mientras el resto continúan detenidos. Con todo, los abogados que ha puesto a disposición de los estudiantes el CHP, principal partido de la oposición, aseguran que siete de los liberados han vuelto a ser detenidos.

En la tarde del martes, organizaciones sociales y estudiantiles habían convocado una manifestación en Kadiköy, distrito en el lado asiático de Estambul. Sin embargo, el Gobierno prohibió toda manifestación en este distrito y en los cercanos a la Universidad del Bósforo por un periodo de siete días alegando el riesgo de contagios por la pandemia de Covid-19. Varios cientos de estudiantes, así como miembros de sindicatos y partidos izquierdistas, se concentraron igualmente en Kadiköy donde la policía reprimió la protesta disparando balas de plástico y lanzando gases lacrimógenos. Según los medios opositores, se produjeron varios heridos y decenas de detenciones. Otra manifestación de solidaridad, en la capital, Ankara, también fue reprimida por la policía, que detuvo al menos a seis personas vinculadas al sindicato universitario Iniciativa de Estudiantes.

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