Liberadas en Nigeria las 279 niñas secuestradas en una escuela

Las 279 jóvenes estudiantes secuestradas la pasada semana en un instituto de secundaria del noroeste de Nigeria han sido liberadas este martes de madrugada, según ha informado el gobernador del Estado de Zamfara, Bello Matawalle, quien aseguró no haber pagado un rescate, pero reconoció haber negociado con los secuestradores y ofrecerles amnistía si entregaban las armas. El presidente nigeriano, Muhammadu Buhari, ha expresado primero su “abrumadora alegría” por esta liberación a través de Twitter y posteriormente ha ordenado un “desplazamiento masivo” de tropas al noroeste del país y prohibió toda actividad minera, así como sobrevolar el Estado de Zamfara, en un intento de mostrar contundencia frente a la creciente inseguridad y la reiteración de secuestros en escuelas en los últimos dos meses.

Las niñas fueron llevadas hasta un auditorio de la sede del Gobierno en Gusau, la capital estatal, en varios minibuses. Farida Lawali, de 15 años, ha relatado a la agencia Reuters cómo fueron trasladadas hasta un bosque cercano a su escuela. “Caminábamos entre las piedras y las espinas, y a las que no podían moverse las cargaban. Nos golpeaban con sus armas, algunas lloraban sin dejar de caminar”. Otra de las niñas, Umma Abubakar, ha asegurado que tenía muchas heridas y que no podía avanzar. “Nos amenazaban con dispararnos si nos parábamos”, ha añadido. Hafsat Anka, quien ha hablado a los medios en nombre de las demás, ha detallado las malas condiciones de su cautiverio: “No había agua limpia ni buena comida y sentíamos que habían pasado años, aunque era nuestro primer día. Los bandidos seguían disparando al aire para asustarnos”, recoge el periódico local Vanguard.

Las 279 alumnas de la Escuela Femenina Gubernamental Secundaria de Ciencias de Jangebe fueron secuestradas la madrugada del pasado viernes, aunque en un primer momento la policía anunció que se trataba de 317. Si bien no han trascendido los detalles de la liberación, en Nigeria crece la sospecha de que las autoridades de ciertos Estados del norte, Zamfara entre ellos, negocian y pagan rescates a los grupos armados que llevan a cabo este tipo de secuestros, lo que estimula esta práctica criminal.

En este caso, el gobernador Matawalle ha negado haber pagado un rescate y ha asegurado este martes en rueda de prensa que “bandidos arrepentidos” colaboraron en la liberación de las 279 niñas. “Estos arrepentidos trabajan para nosotros, para el Gobierno y para la seguridad”, ha comentado. Zailani Bappa, responsable de prensa del gobernador, ha aclarado a Reuters que se ofreció una amnistía a los secuestradores, así como la posibilidad de asentarse en un lugar con escuelas, hospital y otros servicios. “En este rescate no ha habido compensación monetaria, fue una entrega voluntaria de las niñas. A quienes entreguen sus armas se les ayudará a comenzar una nueva vida con unas cabezas de ganado”, ha manifestado.

Un tono muy diferente ha mostrado este martes el presidente Buhari, que expresó a través de Twitter: “Trabajamos duro para acabar con estos incidentes sombríos y desgarradores. Los militares y la policía seguirán persiguiendo a los secuestradores y necesitan el apoyo de las comunidades en materia de información para cortar de raíz sus planes criminales”. Ya el pasado viernes instó a las autoridades regionales a “revisar sus políticas de premiar a los bandidos con dinero y vehículos” y les advirtió de que esta estrategia podía volverse en su contra.

El presidente nigeriano trata con ello de mostrar una imagen de dureza en medio de un creciente malestar por la reiteración de incidentes violentos y raptos de las últimas semanas. De hecho, este ha sido el tercer secuestro masivo en el plazo de dos meses en el norte y centro-oeste de Nigeria, aunque todos ellos acabaron con la liberación de los rehenes. El primero tuvo lugar en Kankara (Estado de Katsina) en diciembre, cuando varios hombres armados se llevaron por la fuerza a 344 estudiantes varones. Una negociación posterior condujo a su puesta en libertad unos días después.

El segundo se produjo el pasado 17 de febrero en el Instituto de Ciencias de Kagara, en el Estado de Níger, con el rapto de 38 personas, entre alumnos, profesores y familiares de los enseñantes. Este fin de semana regresaron a sus casas tras otra negociación.

Ataque a una base de la ONU en Borno

Por otra parte, el grupo yihadista Estado Islámico de África Occidental (ISWAP por sus siglas en inglés) llevó a cabo un ataque este lunes contra una base de Naciones Unidas en la localidad de Dikwa, en el Estado de Borno, al noreste del país, en la que se encuentran unos 25 trabajadores humanitarios, según dijeron fuentes de seguridad a la Agencia France Press. El Ejército nigeriano ha enviado tropas y medios aéreos para tratar de repeler el ataque, que se produce a unos 90 kilómetros de Maiduguri en una ciudad que ya ha sido amenazada en varias ocasiones en los últimos meses.

Los islamistas radicales han prendido fuego y dañado sedes de agencias humanitarias y un hospital, según informó en un comunicado el representante de Naciones Unidas Edward Kallon. “Estoy muy preocupado por los informes sobre este violento ataque por parte de grupos armados no estatales en Dikwa, así como por la seguridad de los civiles”, comentó. Esta localidad de unos 100.000 habitantes acoge varios campos de personas desplazadas por el conflicto que vive el noreste de Nigeria contra grupos yihadistas desde 2009.

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