Vídeo | Los sueños en el béisbol de D’Angelo Ortiz, hijo del Big Papi

David Ortiz, Pedro Martínez, Felipe Alou, Fernando Tatis, Vladimir Guerrero y Julián Javier, entre otras muchas luminarias del béisbol dominicano, sembraron sus propios números en las Grandes Ligas y también dejaron su herencia, hijos con sus propios sueños.

D’Angelo Ortiz, prole del Big Papi, tiene su meta en el juego de pelota y es, en principio, crear su nombre, tal y como lo hizo su progenitor, quien al final de su carrera dejó números que pronostican que será inmortal en su primera presentación en la boleta para Cooperstown.

A David le gusta el swing de poder de D’Angelo, la capacidad de batear a todos los campos y el enfoque disciplinado en el plato

A diferencia de su padre, D’Angelo es un bateador y lanzador diestro. En lugar de usar el número 34, D’Angelo actualmente luce «12» en la parte posterior de su camiseta.

No hay dudas que la figura de David Ortiz es grande en el béisbol en la ciudad de Boston y la República Dominicana, y su hijo afirma: “Adoro esa presión, sentir esas mariposas en el estómago, amo sentir que la gente no espera que siga sus pasos, sino que camine sobre ellos y conseguir los míos”.

El joven trata de dar lo mejor en cada ocasión y se sintió orgullo de tener al Big Papi como su principal maestro.

El que está a la derecha de David Ortiz se llama D’Angelo Ortiz, hijo del Big Papi, y ya advierte al mundo cuál será su futuro en el béisbol de Grandes Ligas. (Fuente externa)

De igual manera el ex ugador de los Medias Rojas indica que no hace ningún tipo de presión de su hijo, aunque responde cada pregunta sobre el juego, que suele hacerle.

“No lo presiono, lo motivo para que siga sus pasos, que camine su propio sendero”, afirma David Ortiz al señalar que lo único que quiere para él «es que se eduque, que tenga buenas notas, en el juego, está haciendo su propio nombre”.

“D se está tomando esto muy en serio. No le estoy presionando. Lo que quiero que haga es educarse a sí mismo. No es como si lo estuviera poniendo contra las cuerdas. Lo único que Tiff y yo queremos es que se eduque, obtenga buenas notas y lo apoyemos en el béisbol. No necesita que lo empujen. Se está esforzando a sí mismo «, dice.

D’Angelo tiene 16 años y juega en la inicial, según narra Ian Browne en las páginas de MLB.com, donde habla del desarrollo del prometedor jugador en la preparatoria Westminster Christian School del Sur de Florida, algo coincidente, pero es la misma escuela donde se formó Alex Rodríguez.

D'Angelo Ortiz, hijo de David, es amante del juego de pelota desde chiquitico. Era llevado por su padre a los partidos de los Medias Rojas de Boston y a los campos de entrenamientos. (Fuente externa)

D’Angelo Ortiz, hijo de David, es amante del juego de pelota «desde chiquitico». Era llevado por su padre a los partidos de los Medias Rojas de Boston y a los campos de entrenamientos. (Fuente externa)

Además de A-Rod de ese lugar salieron otros jugadores para las Grandes Ligas como Doug Mientkiewicz, JP Arencibia, Dan Perkins y Mickey López y D’Angelo, apunta a ser el sexto.

El no batear hit en cuatro turnos o cuatro hits en igual oportunidad, no es el foco de D’Angelo en el juego. Considera que el buen dominio de los fundamentos y la disciplina son dos elementos necesarios para avanzar en las diferentes fases de enseñanza/aprendizaje, de cara al draft del 22.

D'Angelo Ortiz hace su propio camino al andar, en busca de sus sueños como pelotero de Grandes Ligas, como lo fue su padre David Ortiz, toda una leyenda con los Medias Rojas de Boston y en su natal República Dominicana. (Fuente externa)

D’Angelo Ortiz hace su propio camino al andar, en busca de sus sueños como pelotero de Grandes Ligas, como lo fue su padre David Ortiz, toda una leyenda con los Medias Rojas de Boston y en su natal República Dominicana. (Fuente externa)

Al igual que David, su madre Tiffany apoya los sueños de D’Angelo mientras se asegura de que se mantenga al día con todos los demás detalles de la vida que no son del béisbol.

Si bien a David le gusta el swing de poder de D’Angelo, la capacidad de batear a todos los campos y el enfoque disciplinado en el plato, siente que la ética de trabajo de su hijo podría terminar siendo su mayor separador.

A pesar de sus vínculos con quizás el mejor bateador designado en la historia del béisbol, D’Angelo no tiene planes de ganarse la vida como bateador designado. Un infielder de esquina, D’Angelo espera convertirse en tercera base.

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