El Presidente Abinader y los Museos

Los museos, ya de carácter público o privado, son depositarios relevantes del patrimonio material e inmaterial de la nación. Conservan y exponen valiosas colecciones de piezas representativas de las culturas que los pueblos han desarrollado en su quehacer a través de los tiempos. Exhiben la evolución de la tierra misma, la flora, la fauna y los ecosistemas. Muestran el devenir histórico de la humanidad y su diversidad étnica. Educan en conocimientos útiles, transmiten valores y reafirman señas de identidad.

La misión de los museos debe centrarse en la preservación y exhibición pedagógica de sus colecciones, fomentando a la vez la investigación y el intercambio científico en las áreas de su competencia, a fin de mantenerse actualizados. Su función los sitúa como entes auxiliares del sistema educativo y de los planes de enseñanza, de ahí las visitas programadas regulares que realizan grupos de estudiantes a sus salas, concebidas como herramientas didácticas. Mediante sus publicaciones, ediciones audiovisuales, portales digitales, cursos, talleres, conferencias y seminarios, realizan una labor clave en la divulgación de conocimientos y en la formación de valores ciudadanos.

Para lograr estos propósitos se requiere de espacio físico apropiado y dotación de recursos necesarios para cubrir costos operativos y garantizar calidad gerencial, así como la sostenibilidad de sus programas.

Otra faceta de los museos es su atractivo turístico. Sus colecciones tienen mucho que aportar a la oferta turística del país, más cuando se piensa en aprovechar flujos significativos del llamado turismo cultural. Orientado a gente que le interesa conocer la historia, los rasgos distintivos de la población y las manifestaciones artísticas y folclóricas de los lugares que visitan.

El flujo de turistas a muchas ciudades, en especial en Europa y Estados Unidos, aumenta por la oferta de museos de gran prestigio. Un fenómeno que no sólo aplica a los emblemáticos casos de Paris, Londres, Madrid, Washington, Nueva York, San Petersburgo, Florencia, Atenas y Ciudad México. Actualmente, el Museo Guggenheim de Bilbao, el Centro Pompidou de París, o el Museo de la Fabela en Rio de Janeiro, se han convertido en hitos de renovación urbana y agentes de cambio social en las áreas donde están ubicados, que han cobrado vida a partir de sus innovadores diseños arquitectónicos y dinámicos programas de actividades.

El presidente Luis Abinader, consciente de la relevancia de los museos para la enseñanza básica, la investigación científica y el desarrollo del turismo, ha planteado la pertinencia de una vigorosa coparticipación pública y privada, por medio de la creación de voluntariados, que colaboren con el Estado en el relanzamiento y la buena marcha de los museos ubicados en la Plaza de la Cultura y la Ciudad Colonial.

El empresariado y la ciudadanía en general deben secundar con entusiasmo esta loable iniciativa del presidente de la República. Así obtendríamos una mayor sinergia al cooperar Gobierno y sector privado en la reestructuración de nuestros centros museográficos.

Los museos no son un lujo. Conservan el acervo patrimonial, amplían el ámbito de la enseñanza, promueven la creatividad, llenan de ensueño la imaginación y enaltecen el espíritu, confiriéndole mayor valor y sentido a nuestra nacionalidad.

Apoyar a los museos es una forma concreta de realizar el cambio. Apostando al progreso de la gente, a su bienestar social y cultural.

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