En el béisbol moderno, donde el poder manda, la velocidad reina. Si bien es conocido que es un deporte que se define por pulgadas, en realidad la unidad de medida es más estrecha, es un juego de milisegundos.

Una bola rápida de 100 millas por hora toma aproximadamente 375-400 milisegundos en llegar al plato, aseguran los neuro- científicos Jordan Muraskin y Jason Sherwin, de la empresa deServo, en un ejercicio con el béisbol para examinar las habilidades cognitivas del cerebro. Como referencia, un abrir y cerrar de ojos tarda entre 300 y 400 milisegundos.

No es casualidad que Jacob deGrom (Mets) tenga a la ofensiva a sus pies (0.31 de efectividad y 0.55 de WHIP) y que su recta de cuatro costuras promedie las 98.9 millas por hora, el más alto en la liga. En 2020 fue segundo, en 2019 tercero y 2018 quinto, de acuerdo con Statcast, la herramienta oficial de la MLB.

Hay 15 abridores cuyos pitcheos promedian sobre las 96 mph en lo que va de la campaña. De ellos, cuatro son dominicanos. Sandy Alcántara (Marlins) marcha tercero con su recta que alcanza la media de 97.3 millas, tras deGrom y Dustin May (Dodgers) con 98.4.

Huáscar Ynoa (Bravos) es décimo con 96.9 y Franquelis Montás (Atléticos) 12do. con 96.5. Luis Castillo (Rojos) pica de cerca con 95.7. La recta es el pitcheo más usado en el béisbol: 53%.

Alcántara utiliza el 53% de sus pitcheos en rectas (el porcentaje más bajo desde que debutó en 2017), pero su sinker (una bola rápida que se entierra al llegar al home) alcanza las 96.8 mph y sube a su máximo el cambio (21%) que roza las 91.4.

Ajuste de medida

Lo cierto es que una bola rápida es mucho más rápida de lo que solía ser. Si en 2002 el promedio alcanzaba los 88.7 ya para 2016 había topado las 91.8 de acuerdo a Baseball Info Solutions.

En 2008, hubo 196 lanzamientos que alcanzaron o superaron las 100 mph, de acuerdo con Statcast. En 2019, hubo 1,320.

El 24 de septiembre de 2010, el cubano Aroldis Chapman hizo el lanzamiento más rápido registrado en la historia de las Grandes Ligas, una recta a 105.1 mph.

Pero Major League Baseball ahora registra ese lanzamiento a 105.8 mph. En el transcurso de la última década, la bola más rápida de Chapman se había vuelto más rápida en casi una milla por hora.

Según Alan Nathan, doctor en física de la Universidad de Illinois, un lanzamiento que deja la mano de un lanzador a 100 mph se ralentizará entre 9/10% para cuando cruce el plato, unos 55-58 pies más tarde.

De modo que el lanzamiento de 100 mph podría medirse a esa velocidad (en la mano del lanzador), 99 mph (a 50 pies del plato de home), 94 mph (a mitad de camino) o 91 mph (cuando cruza el plato).

El sistema Pitch/FX que MLB usó en 2010 medía los lanzamientos a cerca de 50 pies del plato. La tasa de disminución varía según la presión atmosférica, por lo que un lanzamiento a la altura del Coors Field de Denver se ralentiza menos que uno en el Tropicana Field en Tampa, Florida.

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