Más de 170 palestinos heridos en choques con la policía israelí en la mezquita de Al Aqsa de Jerusalén

La policía israelí arroja granadas aturdidoras para desalojar a fieles palestinos de la mezquita de Al Aqsa, el viernes en Jerusalén.
La policía israelí arroja granadas aturdidoras para desalojar a fieles palestinos de la mezquita de Al Aqsa, el viernes en Jerusalén.AMMAR AWAD / Reuters

Al menos 178 palestinos y seis policías han resultado heridos, de los que 83 han tenido que ser hospitalizados, en la noche del viernes en choques con la policía en la mezquita de Al Aqsa de Jerusalén, tercer lugar sagrado del islam, según informó la Media Luna Roja palestina, que montó un hospital de campaña en la explanada del recinto. La protesta se intensificó tras la oración del anochecer, cuando cientos de asistentes arrojaron piedras y otros objetos a las fuerzas de seguridad israelíes, que irrumpió en el santuario religioso, que cuenta con estatuto espacial bajo la custodia de una fundación dependiente de Jordania. Un portavoz policial aseguró que varios agentes sufrieron también contusiones. El barrio musulmán de la Ciudad Vieja quedó acordonado, y las fuerzas israelíes cerrando el paso por la emblemática Puerta de Damasco.

Decenas de miles de palestinos habían permanecido en pie en la explanada de la mezquita de Al Aqsa tras concluir el rezo de mediodía en el último viernes de Ramadán, en una movilización nacionalista con escasos precedentes en Jerusalén. Mientras Israel se dispone a celebrar el lunes –de acuerdo con el calendario judío– el 54º aniversario de la captura por sus tropas en la parte Oriental de la Ciudad Santa, la ola de manifestaciones y marchas palestinas que han jalonado el mes sagrado musulmán ha reavivado la reivindicación de la presencia palestina en la Ciudad Santa frente a las restricciones de movilidad y residencia impuestas por las autoridades israelíes.

“Nuestro pueblo permanecerá firme y con paciencia en su hogar, en su tierra”, proclamó en su sermón del mediodía el jeque Taysir Abu Sunainah, citado por Reuters, en el tercer lugar más sagrado del islam. Tras la prédica, ondearon las banderas palestinas y se escuchó el cántico nacionalista Con nuestra sangre te redimiremos, Al Aqsa.

Más de un centenar de palestinos habían resultado heridos el 23 de abril en anteriores enfrentamientos con la policía durante Ramadán ante la Puerta de Damasco de Jerusalén. En medio de una oleada de incidentes de varios días sucesivos, esa noche protestaban contra una marcha de cientos de ultraderechistas israelíes que se había aproximado hasta el principal acceso al barrio musulmán de la Ciudad Vieja al grito de “¡muerte a los árabes!”.

La movilización de los jóvenes de Jerusalén Este consiguió poco después que las fuerzas de seguridad retiraran las barreras que habían colocado en la plaza de la Puerta de Damasco, su tradicional punto de reunión en las noches de Ramadán. Pero no terminó con la celebración del repliegue policial, sino que se trasladó al cercano distrito de Sheij Yarrah, mayoritariamente palestino y sede de consulados que, como el de España, se mantienen en el lado oriental de la Línea Verde que dividió la ciudad hasta la Guerra de los Seis Días, en 1967.

Después de una batalla legal que se prolonga durante los últimos hace 15 años, este lunes está previsto que el Tribunal Supremo de Israel se pronuncie definitivamente sobre el desahucio de varias familias palestinas que habitan en la zona desde mediados del siglo XX. Hasta 70 familias pueden ser desalojadas de sus casas en una serie de procesos emprendidos por asociaciones judías que esgrimen títulos de propiedad anteriores al nacimiento del Estado de Israel. En la última semana se han sucedido a diario las protestas en Sheij Yarrah contra los desalojos, y este viernes se produjo una nueva concentración en la que se registraron incidentes violentos. En la noche del jueves fueron detenidos 15 palestinos que había arrojado piedras y muebles a la policía y que se encararon también con colonos israelíes, algunos de los cuales dispararon al aire con sus pistolas, del asentamiento de Simon Hatzadik, un enclave judío en el corazón palestino de Jerusalén Este. El diputado ultraderechista y xenófobo Itamar Ben Gvir se trasladó al lugar de las protestas con algunos de sus partidarios para instalar una oficina en una tienda de campaña.

En una declaración conjunta, los Ministerios de Asuntos Exteriores de Alemania, Francia, Italia, el Reino Unido e Italia han reclamado a Israel que paralice los desahucios de palestinos de Sheij Yarrah, así como la construcción de centenares de viviendas en asentamientos en la ciudad. Naciones Unidas también ha alertado a Israel de que “violará la legislación internacional” si los vecinos palestinos son expulsados de sus viviendas, según declaró un portavoz del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos. El Ministerio de Exteriores israelí considera que se trata de “una simple disputa legal inmobiliaria que la una de las partes pretende hacer pasar como una cuestión nacionalista para incitar a la violencia a Jerusalén”.

Mientras los jóvenes palestinos se movilizaban hace tres semanas en la Puerta de Damasco, desde la franja de Gaza fueron disparados cerca de 40 cohetes en dirección a territorio israelí. En sendos inusuales comunicados, los jefes de los brazos militares de Hamás y de la Yihad Islámica han anunciado que responderán con sus armas si los palestinos de Jerusalén Este siguen siendo expulsados de sus casas.

Al masivo despliegue de la policía de fronteras (cuerpo militarizado) en Jerusalén se ha sumado el refuerzo del Ejército en Cisjordania tras dos atentados con armas de fuego cometidos por palestinos en apenas una semana. A consecuencia del primer ataque murió el pasado domingo un israelí de 19 años y otros dos jóvenes resultaron heridos. En el segundo, registrado el viernes, fueron abatidos a tiros por las tropas dos atacantes armados y un tercero quedó malherido

Concentraciones

En Jerusalén están a punto de coincidir en el recinto amurallado de Jerusalén dos grandes concentraciones masivas de signo contrario. Al atardecer de este sábado se inicia la Noche del Destino, en la que está prevista que miles de fieles acudan a orar a Al Aqsa en la recta final del Ramadán. Y al anochecer siguiente comenzarán los actos el Día de Jerusalén en el que miles de colonos de los asentamientos y militantes de grupos radicales pretenden marchar a través de barrios palestinos de la Ciudad Vieja.

Una semana más tarde se conmemora la Nakba (desastre) como un hito del retroceso. Cuando se cumplen 71 años después de la expulsión de cientos de miles de personas a consecuencia del nacimiento de Israel, la amenaza de desahucio que pesa sobre Sheij Yarrah reabre heridas del pasado en la memoria colectiva. Las familias afectadas llegaron a ese barrio de Jerusalén después de haber tenido que dejar sus casas en un territorio que hoy es Israel.

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