«Lacrimógeno», no «lagrimógeno»
«Lacrimógeno», y no «lagrimógeno», es la forma adecuada del adjetivo que alude a lo que irrita los ojos y produce lagrimeo, recuerda la Fundación del Español Urgente, promovida por la Agencia EFE y la RAE.
En los medios es común encontrar frases como ‘Gas lagrimógeno, golpes y hasta el presidente del Galo aventando botellas de agua a los xeneizes’, ‘Los manifestantes arrojaron bombas lagrimógenas a las fuerzas de seguridad’ o ‘Es la típica película lagrimógena’.
El diccionario académico explica que ‘lacrimógeno’ (‘dicho especialmente de ciertos gases: que irritan los ojos produciendo lagrimeo’ y, en sentido despectivo, ‘que mueve a llanto’) proviene del latín ‘lacrĭma’.
Esta ‘c’ latina original evolucionó en español a una ‘g’. Así surgieron palabras, en este caso, como ‘lágrima’, ‘lagrimear o ‘lagrimoso’. Sin embargo, también era habitual que se mantuviera en paralelo la ‘c’ etimológica y formara derivados cultos, como ocurre con ‘lacrimógeno’ (de lacrĭma, ‘lágrima’), ‘lacustre’ (de lacum, ‘lago’), ‘dominical’ (de dominĭcus, ‘domingo’) o ‘clerical’ (de clerĭcus, ‘clérigo’).
Así, en los ejemplos anteriores lo adecuado habría sido escribir ‘Gas lacrimógeno, golpes y hasta el presidente del Galo aventando botellas de agua a los xeneizes’, ‘Los manifestantes arrojaron bombas lacrimógenas a las fuerzas de seguridad’ y ‘Es la típica película lacrimógena’.
La FundéuRAE (www.fundeu.es), promovida por la Agencia EFE y la Real Academia Española (RAE), tiene como principal objetivo el buen uso del español en los medios de comunicación. EFE
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