Ecuador eleva a 116 los muertos en un motín y decreta el estado de emergencia en todas las cárceles

Cuando a media tarde del martes, las autoridades de Ecuador dijeron a la ciudadanía que podían dormir tranquilos porque se había recuperado el control de la cárcel de Guayaquil, se contaban 24 muertos. Pero el amotinamiento en la antigua Penitenciaría del Litoral no había terminado y el número de víctimas creció este miércoles a 116 a medida que las fuerzas policiales avanzaban por los pabellones de la prisión más grande del país. Varios de ellos estaban decapitados. Los familiares de los presos fallecidos se apostaban a las afueras del centro en espera de noticias y de la confirmación de lo ocurrido. Algunos solo sabían que su pariente estaba muerto porque lo había visto en los vídeos, de gran crudeza, que se difundieron desde el interior. Hay, además, 80 heridos, de acuerdo a los datos que ha facilitado el presidente, Guillermo Lasso.

La dimensión que ha tomado el conflicto carcelario en el país andino, al ser éste el amotinamiento más violento y con más muertos, llevó a Lasso a trasladarse de urgencia a la ciudad costera para convocar al Gabinete de crisis. “Es lamentable que pretendan convertir las cárceles en un territorio en disputa del poder por parte de bandas delincuenciales”, denunció el jefe de Estado en la rueda de prensa posterior a la reunión. Se anunció un estado de excepción en todas las cárceles por 60 días que persigue restaurar la convivencia y, según repitió con énfasis Lasso, garantizar los derechos humanos de los presos.

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El comité de crisis, aseguró el presidente, ha tomado decisiones estratégicas que, por seguridad, no pueden ser reveladas pero que serán evidentes en las acciones que se ejecutarán en las próximas horas. Reconoció, por tanto, que la situación no está controlada y que la cifra de víctimas aún podría crecer: “Ojalá Dios bendiga a Ecuador y evite que haya más pérdidas humanas”. El estado de excepción se va a aplicar a las demás cárceles porque las autoridades presumen que los enfrentamientos internos pueden replicarse.

El hasta ayer director del sistema penitenciario responsabilizó de la matanza a bandas organizadas que son “una amenaza contra el Estado” y “que tienen un poder igual o superior al propio Estado”. Según Fausto Cobo, ahora director del Centro de Inteligencia ecuatoriano, apaciguar la cárcel de Guayaquil es un “tema tan grave” porque las fuerzas del orden tienen que entrar a los pabellones “con escudos y sin armas mientras que ellos están con granadas, fusiles y pistolas”.

Cobo presentó en agosto un plan de acción a largo plazo para resolver la emergencia carcelaria que, según el presidente Lasso, va a acelerarse ahora que los episodios de amotinamiento superan los 300 muertos en 2021. En febrero, un enfrentamiento coordinado y simultáneo en cuatro prisiones dejó 79 muertos cuando aún gobernaba Lenín Moreno. Para Lasso, es el segundo incidente grave que enfrenta en sus tres primeros meses de gestión tras los 22 fallecidos de un doble motín en julio. Además de las disputas de las bandas para hacerse con el control de los pabellones internos, ya se había diagnosticado oficialmente un problema de hacinamiento grave. Las cárceles del país tienen capacidad para 30.000 personas, pero hay 39.000 presos en ellas.

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