El joven que mató a dos personas en las protestas antirraciales de Kenosha se derrumba en el estrado

El testimonio de Kyle Rittenhouse ha sido dramático hasta las lágrimas, hasta convertir el sollozo en una incapacidad de seguir relatando lo que sucedió la noche del 25 de agosto de 2020. Aquella vez el joven, que entonces tenía 17 años, mató a dos personas e hirió a otra durante una protesta antirracista en la ciudad de Kenosha, Wisconsin.

Rittenhouse ha testificado este miércoles en su defensa en una jornada cargada de tensión, con el fiscal Thomas Binger ejerciendo un duro interrogatorio sobre el joven, el juez Bruce Schroeder reprendiéndole por ello y la defensa solicitando que el juicio se declare nulo. El adolescente enfrenta seis delitos, entre ellos uno de homicidio imprudente en primer grado, otro de homicidio doloso en primer grado y otro más de tentativa de homicidio en primer grado.

Que Rittenhouse subiera al estrado no estaba exento de riesgos, razón por la cual el juez Schroeder le hizo una serie de preguntas y le recordó su derecho constitucional a no incriminarse. El joven dijo que entendía y asumía el peligro de ser interrogado.

Rittenhouse se derrumbó en el momento justo en el que comenzó a relatar aquel fatídico día de agosto, en el que acabó con la vida de Joseph Rosenbaum, 36 años, y Anthony Huber, 26, e hirió a Gaige Grosskreutz, 27. En su exculpación, Rittenhouse alegó que el hombre al que tiroteó pretendía matarle, por lo que actuó en defensa propia. “No hice nada malo. Solo me defendí”, ha testificado. Hasta ese momento, parecía que el joven de 18 años iba a mantener la calma durante las largas horas en las que el fiscal le interrogó. “No quería matar a nadie, pero me estaban atacando”.

Llegado el momento en el que Rittenhouse se movía incontroladamente fruto del llanto, cuando intentaba respirar para poder proseguir con el relato y no lo lograba, el juez decidió parar la sesión y optó por un descanso. Justo antes de parar para comer, Schroeder amonestó en varias ocasiones de viva voz al fiscal, al que acusó de estar instigando al acusado.

Según una reconstrucción de los hechos realizada a través de vídeos filmados durante aquellas jornadas de disturbios, Rittenhouse se enfrentó con los manifestantes. Uno de ellos, Joseph Rosenbaum, le arrojó un objeto. Forcejearon. Se oyeron disparos y Rosenbaum quedó tendido en el suelo. Entonces Rittenhouse cogió el teléfono y, según se ve en otro vídeo, realizó una llamada. “Acabo de matar a alguien”, dice. Un grupo de manifestantes fue a por el joven, que echó a correr por la calle, hasta que se tropezó y cayó al asfalto. Desde esa posición volvió a abrir fuego. Anthony Huber se abalanzó sobre él, le golpeó con su monopatín y trató de arrebatarle el fusil. Pero Rittenhouse logró zafarse y le disparó en el pecho. Apenas pudo Huber dar unos pasos antes de caer muerto.

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Entonces Rittenhouse, sentado en el suelo, apunta con su rifle a otro joven, Gaige Grosskreutz, que también había ido a por él, pero que al ver cómo Rittenhouse había matado a Huber, se alejó unos pasos y se quedó paralizado. Rittenhouse le disparó, hiriéndole en el brazo derecho. Los tres hombres atacados por el menor eran blancos.

Rittenhouse se alejó del lugar caminando hacia atrás y apuntando con su rifle a las personas que quedaban en la calle.

Los abogados del adolescente basan su defensa en que Rittenhouse viajó hasta Kenosha aquel día, tercero de disturbios después de que la policía hubiera herido de gravedad a un joven negro -pocos meses después de la muerte de George Floyd– para ayudar a evitar que se asaltaran comercios y ejercer labores de primeros auxilios. Sin embargo, Rittenhouse llegó a la ciudad portando un fusil de asalto AR-15 y llevando vestimenta de asalto en el portaequipajes de su coche. Ninguna fuerza del orden le impidió pasearse por las calles de Kenosha armado con el fusil sin contar con la edad permitida para tener semejante armamento. “Siempre lo llevo”, ha contestado a la pregunta del fiscal de si le parecía normal llevar semejante indumentaria consigo. La fiscalía ha hecho para el jurado una descripción de Rittenhouse equivalente a la de un justiciero.

Círculos de la derecha extremista consideran a Rittenhouse un referente y creen que las movilizaciones contra la violencia policial del año pasado son obra de antifascistas o anarquistas. La izquierda ve en el adolescente los excesos de la cultura de las armas y la autodefensa en Estados Unidos. No está probada la relación del joven con ninguna de las milicias que acudieron a tomarse la justicia por su mano aquel día, y a las que la policía permitió permanecer armadas en la calle a pesar del toque de queda.

“El plan era proporcionar primeros auxilios. No estaba de ninguna parte”, ha declarado Rittenhouse. “¿Y por qué necesitaba semejante arma, entonces”, le ha cuestionado el fiscal. “Por si era atacado poder defenderme”, ha insistido el joven. Según Rittenhouse, Rosenbaum le amenazó dos veces con matarle y le insultó. “Si le encuentro a solas le voy a arrancar el jodido corazón”, ha asegurado Rittenhouse que le dijo Rosenbaum.

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