Estados Unidos culpa a Rusia por basura espacial que amenaza a EEI
Una prueba armamentística rusa creó más de 1,500 piezas de basura espacial que ahora amenazan a los siete astronautas que están a bordo de la Estación Espacial Internacional, de acuerdo con funcionarios estadounidenses que calificaron el ataque de imprudente e irresponsable.
El Departamento de Estado de Estados Unidos confirmó este lunes que los restos provenían de un antiguo satélite ruso destruido por el misil.
“No hace falta decir que estoy indignado. Esto es inconcebible”, manifestó el administrador de la NASA, Bill Nelson, a The Associated Press.
“Es increíble que el gobierno ruso haga esta prueba y amenace no sólo a los astronautas internacionales, sino a sus propios cosmonautas que están a bordo de la estación”, así como a las tres personas de la estación espacial china.
Nelson dijo que los astronautas enfrentan ahora un riesgo cuatro veces mayor que el habitual. Y eso es tomando en cuenta los desechos suficientemente grandes como para ser rastreados, ya que cientos de miles de piezas más pequeñas pasan desapercibidas. “Cualquiera de ellas puede causar un daño enorme si impacta en el lugar preciso”, puntualizó.
El secretario de Estado Antony Blinken señaló que ahora los satélites también están en peligro.
Esta prueba demuestra con claridad que Rusia “a pesar de sus afirmaciones de oponerse al armamento del espacio exterior, está dispuesta a… poner en peligro la exploración y el uso del espacio exterior de todas las naciones, con su comportamiento imprudente e irresponsable”, afirmó Blinken en un comunicado.
No hubo comentarios inmediatos de Rusia sobre el ataque con misiles a últimas horas del lunes.
Una vez que la amenaza se hizo evidente el lunes por la mañana, los cuatro estadounidenses, un alemán y dos rusos a bordo recibieron la orden de buscar refugio de inmediato en sus cápsulas acopladas.
Pasaron dos horas en las dos cápsulas, y finalmente salieron sólo para tener que cerrar y volver a abrir las escotillas de los laboratorios individuales de la estación en cada órbita, o cada hora y media, mientras pasaban cerca o a través de los escombros.
Al final del día, sólo las escotillas del núcleo central de la estación permanecían abiertas, mientras la tripulación dormía, según Nelson.
Incluso el más mínimo trozo de pintura puede causar daños importantes cuando se orbita a 28,000 kilómetros por hora (17,500 millas por hora). El impacto de algo de mayor tamaño podría ser catastrófico.