Un remedio para el mal de amores
Es probable que Freddy Ginebra fundara Casa de Teatro en 1974 para poder subirse al escenario él mismo en 2021. (Probable, tampoco es que esté demostrado.) Eso es tener planes a largo plazo, algo no muy común en el mundo de la cultura.
Acercarse a Mal de Amores, ese show difícilmente clasificable en algún género, que pasea por el mundo junto a Diomary la Mala, debería estar recomendado en terapias de grupo. Es decir, si a usted se le pasa por la cabeza que debe ponerse en manos de un coach de vida, ahora que están de moda o alguien le manda al psicólogo… vaya a Casa de Teatro y se ahorra la cita. Quizá lo que necesitaba era reírse un rato.
Primero, porque cualquiera quisiera poder cantar “A mi manera” como la canta Diomary. Es el himno de los himnos y le permiten hacer los coros. Como el resto del público canta tan mal como usted, nadie lo nota.
Freddy Ginebra decidió que la crisis de los 70, que nadie había identificado, iba a ser el principio de una gran amistad… con el resto de su vida. Los 70 son los nuevos 50 y cualquiera lo cree al verle. Reconoce ser más feliz que nunca, se inventa y se apunta a lo que haga falta y no ha perdido el sentido del ridículo porque nunca lo tuvo. Además… es realmente buen actor, incluso cuando hace de Freddy Ginebra.
Divertida, Diomary no canta: interpreta. Es una diferencia importante que se agradece porque a las canciones, y ella lo recalca, hay que leerles bien las letras.
¿Cuándo y cómo se les ocurrió que una pareja tan dispareja funcionaría tan bien? Habrá que averiguarlo, pero esa otra historia.