Macron remodela su Gobierno mes y medio después de constituirlo

Caras nuevas, veteranos de regreso y mucho movimiento de sillas, con alguna que otra patada, especialmente al ministro de Solidaridades, Damien Abad, acusado por varias mujeres de violencia sexual. El presidente francés, Emmanuel Macron, ha completado este lunes la primera remodelación de Gobierno de su segundo mandato, tras intensas reuniones con su primera ministra, Élisabeth Borne, a quien ha confirmado pese al fiasco de las elecciones legislativas de junio, en las que el macronismo perdió la mayoría absoluta.

Ante esta situación, Macron y Borne han presentado un equipo en el que vuelven algunas figuras del primer mandato, junto con personalidades nuevas con las que se busca recompensar a los partidos políticos que apuntalan la nueva mayoría relativa macronista, especialmente el tradicional aliado de Macron, el centrista MoDem, y Horizons, la nueva formación del ex primer ministro Édouard Philippe.

La remodelación se hizo necesaria desde el momento en que tres ministros del Gobierno formado por Borne a finales de mayo, justo antes de las legislativas, fueron derrotados. Se trata de la ya exministra de Transición Ecológica, Amélie de Montchalin; la de Sanidad, Brigitte Bourgignon, y la secretaria de Estado del Mar, Justine Bénin. Macron había dejado claro que todo ministro que se presentara a las elecciones y no lograra un escaño debía dimitir.

Bourgingon será sustituida por François Braun, un especialista que acaba de entregar al Gobierno un informe sobre medidas de emergencia para los servicios de urgencia hospitalarios. El actual ministro de Colectividades Territoriales, Christophe Béchu, un hombre próximo a Philippe, asumirá la cartera clave de Transición Ecológica —el Gobierno ha prometido priorizar la lucha contra el cambio climático— de manos de Montchalin. A su vez, Béchu será sustituido en su actual cartera por Sarah El Haïry, de la formación centrista MoDem y que en el primer mandato de Macron fue secretaria de Estado para la Juventud.

No será el único regreso de un antiguo ministro. A pesar de haber anunciado su marcha de la política, Marlène Schiappa, responsable primero de Igualdad y luego ministra delegada de Ciudadanía, regresa a la primera línea política asumiendo la cartera de Economía social y solidaria. Otros nombres de la larga lista del nuevo Gobierno, 21 hombres y 20 mujeres en total (Borne, la primera jefa de Gobierno en tres décadas en Francia, ha logrado mantener la paridad, aunque haya más hombres en carteras clave que mujeres) también suenan de anteriores gabinetes.

La remodelación del Gobierno ha provocado asimismo un agitado cambio de sillas. Olivier Véran, hasta ahora en la cartera de Relaciones Parlamentarias (un puesto clave ante la fragilidad de la mayoría actual), deja el cargo para ocupar el de portavoz del Gobierno, ya que su actual inquilina, Olivia Grégoire, será ministra delegada de Pequeñas y Medianas Empresas. Por su parte, el ministro delegado de Comercio Exterior, Franck Riester, pasará ahora a asumir el antiguo puesto de Véran para gestionar las complicadas relaciones en la Asamblea Nacional.

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Del mismo modo, Clément Beaune, hasta ahora ministro delegado de Asuntos Europeos, pasa a la cartera de Transporte. Le sustituye en su antiguo puesto Laurence Boone, economista jefe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

El cambio de equipo ha sido usado además para deshacerse de una figura cada vez más incómoda para el Gobierno: Damien Abad. El que fuera presentado como trofeo arrebatado a los conservadores Los Republicanos se convirtió nada más ser nombrado ministro de Solidaridades, Autonomía y Discapacidades en la principal piedra del delicado engranaje de Borne, debido a las denuncias de intento de violación que varias mujeres emitieron en su contra a través de la prensa. La semana pasada, una de esas mujeres presentó una denuncia formal por un presunto intento de violación en 2010 y la Fiscalía de París anunció la apertura de una investigación preliminar. Por el contrario, Borne ha mantenido en su puesto a Chrysoula Zacharapoulou, secretaria de Estado de Desarrollo, acusada también de abusos sexuales durante su práctica como ginecóloga, hechos que ella rechaza, al igual que Abad.

No es la primera vez que un ministro de Macron es acusado, e incluso investigado, por abusos sexuales. El caso más recordado es el de su ministro del Interior, Gérald Darmanin, otro antiguo peso pesado de la derecha a quien una mujer acusaba de haberse sentido obligada a mantener relaciones sexuales con él en 2009, cuando acudió a pedirle ayuda para limpiar su expediente judicial tras ser condenada por chantaje y amenazas unos años antes. Macron alegó la presunción de inocencia para mantener a Darmanin en una de las carteras de más peso de su Gobierno y el caso fue finalmente archivado por la justicia. Con Abad, sin embargo, no ha querido esperar. Muestra, probablemente, de la mayor fragilidad del nuevo gabinete ante una Asamblea Nacional en la que ya no tiene la mayoría absoluta.

Darmanin seguirá ocupando la cartera de Interior que le convierte en el “primer policía de Francia”, a la que añade ahora la de Ultramar. No es el único ministro que se mantiene en este Gobierno. También continúan en este nuevo gabinete el no menos poderoso ministro de Economía, Bruno Le Maire, y el de Justicia, Éric Dupond-Moretti, ambos procedentes del primer mandato de Macron. Asimismo, seguirá al frente de Exteriores Catherine Colonna; Sebastien Lecornu en la cartera de Defensa, Olivier Dussopt en Trabajo, Pap Ndiaye en Educación Nacional o Rima Abdul-Malak en Cultura, entre otros.

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