La guerra de Ucrania hunde el sueño de un ‘Google ruso’

Lo llamaban el Google ruso y era el orgullo del emprendimiento nacional, la mayor multinacional tecnológica del país, pero el sueño de su fundador ha tornado en pesadilla por su aislamiento tras la guerra desatada contra Ucrania. Yandex, una empresa que competía de tú a tú a con los gigantes californianos, será desmembrada: a su creador, Arkadi Vólozh, le permitirán quedarse con los activos extranjeros que no sean vendidos, y en la compañía entrará un enlace directo del Kremlin dentro de su accionariado. La bendición final de la operación no dependía de ninguna junta directiva ni de ningún organismo antimonopolio, sino del presidente Vladímir Putin, cuyas reflexiones sobre cualquier tema son ley en la Rusia del siglo XXI. Este jueves, el mandatario instruía a su Gobierno a introducir la inteligencia artificial “en cada proyecto nacional” y exigía impulsar los servicios en la nube dentro de sus fronteras, precisamente una de las actividades que serán despiezadas de Yandex.

Vólozh ha visto cómo su multinacional ha quedado aislada del resto del planeta debido a las sanciones. Aunque la compañía no ha sido incluida en ninguna lista negra directamente, el empresario fue sancionado por la Unión Europea en junio y la compañía ha resultado enormemente afectada por el bloqueo al sistema financiero ruso y la huida de inversores. Su cotización en la Bolsa estadounidense fue suspendida en marzo tras desplomarse la acción hasta los 18,9 dólares, un 77% menos que lo que valía un año antes.

Yandex ha tratado de sobrevivir hasta ahora a un conflicto que su directiva ha criticado duramente. “La guerra es monstruosa”, denunció en marzo el jefe adjunto de Vólozh, Tigrán Judaverdián, antes de abandonar sus cargos. Por otro lado, la compañía decidió evitarse problemas y borró las fronteras de su servicio de mapas después de que el Kremlin se anexionase varios territorios ucranios en septiembre.

Además, ante la perspectiva de cualquier agravamiento de la crisis política o económica rusa, Yandex ha sido una de las muchas firmas tecnológicas que han trasladado a miles de trabajadores a otros países. En verano anunció la apertura de oficinas en Belgrado (Serbia) y Ereván (Armenia) para acoger allí a cientos de empleados, y el diario israelí Haaretz reveló en marzo que otros 800 trabajadores iban a ser reubicados en el Estado judío.

Ante esta situación, Vólozh ha negociado una reestructuración con el Kremlin. Según ha revelado el medio ruso The Bell, el jefe de la Cámara de Cuentas nacional y exministro de Economía Alexéi Kudrin ha sido quien ha abordado la reorganización de Yandex con el empresario. Vólozh vive actualmente en Israel y delegó sus derechos de voto en la firma tras ser sancionado por Bruselas.

La empresa matriz, Yandex N. V., está registrada en Países Bajos. El pacto implica la creación de otra compañía principal en Rusia que asumirá todos los activos del país, mientras que la mayoría de los negocios extranjeros serán vendidos, salvo cuatro ramas estratégicas que mantendrá Vólozh. Por su parte, la dirección actual de Yandex se moverá a la nueva firma, aunque con cambios: el exministro de Economía Alexéi Kudrin obtendrá un 5% de acciones de la nueva compañía, según The Bell y Forbes. Y su fundador recibirá otra participación minoritaria.

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La idea es evitar que las sanciones impuestas a Rusia afecten a las cuatro filiales clave en el extranjero: los segmentos de drones, servicios en la nube, coches autónomos y un proyecto educativo. Sin embargo, está por ver si las autoridades europeas aprueban la coordinación de estas con Moscú. Cuando Bruselas sancionó a Vólozh, destacó en su comunicado que la multinacional no solo estaba participada por los bancos estatales Sberbank y VTB, sino que también era “responsable de promover la narrativa de los medios gubernamentales” rusos y su empresa era una “fuente sustancial de ingresos” para el Kremlin.

Gigantes tecnológicos dominados por el Kremlin

Yandex no es el primer gigante tecnológico en el que el Gobierno ruso toma el control. El Gobierno nacionalizó VKontakte, el Facebook ruso, en diciembre del 2021 a través de su brazo gasista, Gazprom, al mismo tiempo que ha ilegalizado la compañía estadounidense por la difusión de material opositor y crítico con la guerra.

Putin carece de redes sociales y desconoce el funcionamiento de algunas plataformas como YouTube. “¿Qué tengo que firmar? No entiendo”, respondió el pasado año a la petición de un niño que le animó a unirse a su canal de YouTube. Sin embargo, este jueves pronunció un discurso en el foro Viaje al mundo de la inteligencia artificial donde dio numerosas instrucciones, como que todas las iniciativas de las autoridades incluyan estas tecnologías, desde los colegios a la sanidad, y en el que prometió que el país superará los 80 años de esperanza de vida con ellas.

El mandatario anunció este jueves: “A partir del 2023 supervisaremos el empleo de la inteligencia artificial en la economía y el ámbito social. Para hacer esto, propongo crear una herramienta especial: el índice de madurez de industrias y regiones”. No obstante, Putin mostró su tradicional desconfianza hacia las nuevas tecnologías: “Si digitalizas el caos, solo obtienes caos digital (…) primero hay que poner las cosas en orden”.

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