Sunak asegura que ha reducido ya en un 20% la llegada de inmigrantes en pateras

Si Boris Johnson defendía sus políticas con retórica, Rishi Sunak lo hace con estadísticas. El primer ministro británico ha viajado este lunes a Dover, la localidad costera inglesa más cercana al continente europeo (origen del eurotúnel que conecta con la ciudad francesa de Calais) para defender con cifras su plan contra la inmigración irregular. “Desde enero a mayo de este año, el número de embarcaciones que han intentado cruzar [el canal de la Mancha] se ha reducido en un 20%. Es decir, en una quinta parte. Nunca habíamos visto eso antes. Y se trata de cifras específicas del Reino Unido, porque en Europa el número ha aumentado más de un 30%”, ha asegurado Sunak.

El Ministerio del Interior del Reino Unido comenzó a publicar cifras actualizadas de las personas interceptadas en el canal cuando vio que el problema crecía exponencialmente año tras año. En 2019 apenas fueron 1.900 los inmigrantes retenidos después de su travesía. En 2022, llegaron a casi 46.000. En los cinco primeros meses de este año, resalta Sunak, el número de personas controlado por la policía de fronteras fue de 7.600.

La mayoría de las medidas anunciadas por el Gobierno británico para poner freno a la llegada de pateras son todavía proyectos sobre el papel, pero el primer ministro está convencido de que han tenido un efecto disuasorio que ha ayudado a frenar intentos de alcanzar la costa inglesa. Aún no ha sido alojado en el Bibby Stockholm, anclado en el puerto de Portland, el medio millar de inmigrantes varones que Downing Street anunció a principios de abril. Y Sunak ya ha anticipado este lunes que ha adquirido otras dos de esas embarcaciones gigantes que los críticos con la política migratoria del Gobierno han definido como prisiones flotantes. Las dos instalaciones permitirán albergar a otros 1.000 inmigrantes.

“Debemos reducir el número de hoteles utilizados para alojarlos [según cálculos de la BBC —el Gobierno no ha dado cifras—, unos 395 establecimientos en los que viven más de 51.000 solicitantes de asilo], porque su presencia está creando tensiones en las comunidades donde se encuentran. Además del propio coste que genera, de unos seis millones de libras (6,9 millones de euros) diarios. No es justo y necesitamos reducir esos números”, ha afirmado Sunak. El primer ministro atribuye la mejora de la situación al acuerdo de seguridad firmado con Francia para patrullar y financiar conjuntamente el control de sus costas; o a los pactos cerrados con Albania o Bulgaria para luchar contra las mafias que controlan la inmigración irregular y para devolver por vía expeditiva a los ciudadanos que lleguen a las costas inglesas. En 2022, una cuarta parte de los interceptados eran albaneses. En lo que va de año, Francia ha evitado que crucen el canal unas 33.000 personas, según Sunak. Un 40% más que un año antes.

La realidad, sin embargo, es que las deportaciones de inmigrantes a Ruanda, la medida estrella del Gobierno aplaudida por el ala dura del Partido Conservador, todavía no han comenzado, después de que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos frenara in extremis en junio del año pasado el primer vuelo. Y el Gobierno de Sunak está más obcecado en cambiar la Convención Europea de Derechos Humanos, para evitar otra intervención como aquella, que en comenzar a usar la solución Ruanda.

La Ley de Inmigración Ilegal, que contempla la posibilidad de expulsar de inmediato a los inmigrantes irregulares, sin derecho a solicitar asilo, ya ha completado la primera tramitación en la Cámara de los Comunes, pero a partir de esta semana se enfrentará a la dura oposición de muchos miembros de la Cámara de los Lores, incluido el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, que cuestionan su humanidad o su respeto a la legalidad internacional. La aprobación final del texto podría retrasarse hasta finales de año.

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“Esta ley deja claro de un modo inequívoco que quien llegue a este país de un modo ilegal [Sunak se resiste a hablar de ‘inmigración irregular’, como solicita Naciones Unidas] no podrá quedarse. Será enviado de inmediato a su lugar de origen, si es seguro, o si no a Ruanda o un tercer país”, ha insistido el líder conservador, que resaltaba, en un mensaje directo a la Cámara de los Lores, lo importante que es para él que el texto entre finalmente en vigor.

El primer ministro ha simbolizado en la llegada de las pateras su lucha contra la inmigración irregular, una de las obsesiones del Partido Conservador. Sunak llegó a prometer que reduciría las cifras a la mitad durante su mandato, pero ya ha optado por no repetir esa promesa. Hace apenas diez días, la Oficina Nacional de Estadística reveló que el saldo neto de inmigrantes que llegaron al Reino Unido en 2022 fue de 606.000 personas, una cifra récord del 24% más que la de 488.000 personas registrada un año antes. Y lo paradójico era que el saldo de inmigrantes llegados de la UE durante ese periodo fue negativo, desalentados por un Brexit que pretendía recuperar el control de las fronteras (take back control), y que tan solo ha logrado cerrar esas fronteras a los ciudadanos comunitarios, mientras se multiplican los recién llegados del resto del mundo.

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